El Perro mastín del Alentejo es un moloso de gran tamaño,
fuerte, musculoso, rústico y sobrio. Su cabeza es grande y maciza. Sus orejas
son triangulares y de inserción media y se presentan dobladas, con pliegues y
le cuelgan a ambos lados. Su cola es larga, curvada y peluda. El cuello es
corto y achaparrado y los cuartos traseros anchos y musculosos. Su pelaje es
más bien semi-largo, de unos 3 a 6 cm de longitud, muy espeso, liso y denso. El
color es negro, gris-lobo, leonado o amarillo a menudo combinado con blanco,
manchado, rayado o atigrado.
El mastín del
Alentejo es una raza molosoide, la más grande de Portugal, creada a partir del
cruce a finales de la Edad Media de mastines españoles, perros de la Sierra de
la Estrella y otros perros autóctonos. Entre el siglos 16, y 19 estos perros
fueron usados por los ganaderos portugueses para proteger al ganado de los
lobos en los recorridos por las cañadas durante la trashumancia estacional. La
selección natural en unas condiciones de trabajo tan duras conformó unos perros
fuertes, ágiles, valerosos y duros en la pelea con predadores. En el Siglo XIX
la raza ya estaba plenamente asentada en el Alentejo. Su número disminuyó en la
década de 1970 pero la cría reciente le ha asegurado la supervivencia. El
mastín del Alentejo es un pastor típico molosoide cuya principal actividad ha
sido tradicionalmente, la de perro guardián de granja y fincas rurales en el
Alentejo portugués. También se empleó con éxito en actividades ganaderas en
tareas de guarda y guía principalmente de ovejas. Por sus características
requiere cierta actividad y necesita ejercicio, paseos, ocupación y juego. Son
aptos para entornos rurales y espacios amplios, preferiblemente exteriores, y
algo menos para entornos urbanos con todas sus limitaciones.
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