Pastor belga groenendael

Este perro de hermoso pelaje tiene un cuerpo muy fuerte y musculoso, pero no es excesivamente pesado. De hecho, todo lo contrario: es muy ágil y dinámico.

Su cuerpo tiene perfectas proporciones, con un lomo recto y corto que le da apariencia cuadrada. Su cabeza es alargada, delgada y recta, con la frente plana. Las orejas del perro pastor groenendael son triangulares, pequeñas y puntiagudas. Los ojos son almendrados y oscuros, dispuestos en ángulo oblicuo.

El manto capilar del pastor groenendael es semilargo, más largo en las zonas del cuello y el pecho, dándole una apariencia muy elegante. Por detrás de los muslos y la cola también es notablemente más largo. El pastor belga groenendael es negro, aunque también se aceptan pequeñas motas blancas en el pecho y los dedos.

La cola, como decíamos es también peluda y bastante larga. La lleva colgando cuando está relajado, formando una pequeña curva en la punta, y erguida cuando está activo

Altura: 55 – 70 cm.

Peso: 25 – 45 kg.

Esperanza de vida: 10 – 12 años.

Ideal para: Deporte, casas, vigilancia, senderismo, pastoreo.

Origen:

El primer criador de los perros pastores belgas groenendael fue Nicholas Rose. Este hombre tenía una pequeña propiedad en el bosque de Soignes. Groenendael, en idioma flamenco, significa “pequeño valle verde”. El groenendael fue el primer perro pastor belga reconocido. A día de hoy es el más habitual de los perros pastores belgas.

Cuidado:

Demanda una gran cantidad de ejercicio, tanto físico como mental. Como complemento a la actividad diaria, es muy beneficioso para el perro pastor belga groenendael poder practicar deportes caninos, como por ejemplo el agility, con cierta regularidad.

El lugar de residencia más adecuado para un pastor belga groenendael es una casa amplia, mejor si tiene jardín, pero puede habituarse a vivir en un apartamento más pequeño si su ejercicio físico no se deja de lado.

No sobrelleva nada bien la soledad, demanda compañía casi constante. Es un perro extraordinario y debemos asegurarnos de poder satisfacer todas sus necesidades antes de adoptar uno, saber si somos los compañeros más apropiados para él.