Dogo argentino
El dogo
argentino es una raza canina originaria
de Argentina. Es parte del grupo Generación Bullenbeisser.
Junto con el Perro Pila Argentino son
las únicas razas de perros desarrolladas
en la República Argentina que
todavía existen. Las otras dos, el perro polar argentino y
el perro de pelea cordobés,
se encuentran extintas.
Origen:
Fue
desarrollada por el médico argentino Antonio Nores Martínez, quien buscaba un animal
adecuado para la caza mayor de especies habituales en Argentina, tales
como jabalíes, pecaríes, pumas y zorros colorados. En la
década de 1920, Nores Martínez (ayudado por su hermano Agustín, su padre
Antonio y tíos) decidió crear una raza de presa que reuniera las mejores cualidades
del perro de pelea cordobés,
pero con unas dimensiones y una fuerza física superiores. Además, buscaba un
perro que tuviese aptitudes para la caza en jauría, pero que fuese capaz de
batir o parar él sólo a la presa en combate hasta la llegada de su amo o el
resto de sus congéneres.
Se utilizó
como base fundacional al perro de pelea cordobés —ahora
extinto—, que era una mezcla de razas introducidas en la Argentina por los emigrantes ingleses, Bull terrier y bulldog, con razas que habían traído los españoles, alano español y mastín español. A estas
cruzas, que se utilizaban en las peleas de perros, se sumaron líneas de sangre bull terrier y Mastín del Pirineo. Así,
en la decimotercera generación, consiguieron perros de combate.
La raza se
estableció alrededor de 1928 y el estándar fue publicado en 1947. El
reconocimiento oficial llegó en 1964 a la Argentina por parte de la FCA.
Teniéndose documentada la carta que Nores envío a la Federación Cinológica
Argentina, en la cual solicitaba la apertura de registros genealógicos
de la raza, haciendo un detallado relato de las características del dogo
argentino. En 1973 se le reconoció a nivel internacional. Inicialmente fue
clasificado entre los sabuesos y perros para rastrear sangre, posteriormente se
clasificó en el grupo 2 (mastines) por parte de la Federación
Cinológica Internacional (FCI).
Dogo burdeos
El dogo
de Burdeos es una raza de perro de origen francés; forma parte de la
gran familia de los mastines.
Es un perro de gran fuerza y potencia, con un carácter firme y decidido que lo
convierten en un gran perro guardián.
Es una de las
razas francesas más antiguas, proveniente de los mastines orientales llegados
a Europa con las hordas
bárbaras. En épocas más recientes, otras razas han contribuido a la definición
de esta: el mastiff,
el bulldog inglés y
el dogo alemán.
El resultado que se ha obtenido es un perro de enorme fuerza y potencia en
menoscabo de la agilidad y velocidad
Origen:
Su origen se
remonta a la época de los celtas,
que lo usaban para guardar tesoros y para la caza mayor. En la Edad Media se conocían
dos clases de este perro: uno el "perro carnicero" y el otro el
"perro turco", entrenados para la lucha con osos, toros y otros perros.
Más tarde se le utilizó como guarda de la casa y castillos. En Burdeos, a finales
del siglo XIX, se creía que la
raza había desaparecido, volviéndose a desarrollar actualmente.
Dogo tibet
El dogo
del Tíbet (Do-Khy) o mastín tibetano es una raza caninaoriginaria del Tíbet.
Es una
antigua raza de trabajo de los pastores nómadas del Himalaya y un guardián
tradicional de los monasterios tibetanos. Se ha rodeado de gran misticismo
desde que fue descubierto en la antigüedad. Desde su mención por Aristóteles (384-322 a. C.)
a las famosas escrituras de Marco Polo, quien fue a
Asia en 1271, todos los informes históricos alaban la fuerza natural y grandeza
del dogo del Tíbet, tanto física como mentalmente. Hasta su ladrido ha sido
descrito como único y como característica altamente atesorada de la raza. El
registro de la venta más alta por un perro de esta raza es de 1.6 millones de
Euros, un perro llamado Hong Dong comprado por un magnate del Carbón en China.
Dogo mallorquin
El
perro dogo mallorquín o perro de presa mallorquín, es una raza
de perro española
autóctona de Mallorca.
Este moloso está
emparentado con el Dogo
Canario (perro de presa canario). El origen del Dogo
Mallorquín se remonta en el año 1229 con la llegada de presas españoles junto
a Jaime
I de Aragón, aunque no se le empezó a llamar Ca De Bou hasta
unos siglos más tarde. Oficialmente, desde 1964, según la FCI (Fédération Cynologique Internationale) se
llama Perro de presa mallorquín. Durante la década de 1990 se exportaron
tantos ejemplares a Estados
Unidos, Rusia, Polonia y Japón que la mayoría
de los criadores actuales de este perro se encuentran fuera de las Islas Baleares.
Cuidados:
El Dogo
Mallorquín es un perro reservado y desconfiado con los extraños. Posee una
adaptación extraordinaria, pero no es un perro para colocar en cualquier mano.
Su educación y socialización deben ser iniciadas lo antes posible pues la raza
es naturalmente dominante. El cuidado del pelaje es un simple cepillado semanal
y una limpieza regular de las orejas y los ojos. Es un perro rústico que se
adapta bien a los cambios de temperatura y soporta bien las inclemencias del
tiempo.
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